Briseida López Inzunza . Tijuana B.C. marzo 2021
La condición humana es corporal. Materia de identidad en el plano individual y colectivo, el cuerpo es el espacio que ofrece vista y lectura, permitiendo la apreciación de los otros. Por él somos nombrados, reconocidos e identificados a una condición social, a un sexo a una edad, a una historia.
Cuerpo Sensible, David Le Breton
Cuando pensamos en actor, pensamos en voz, palabra, texto y actuación.
El actor se prepara para enfrentar la escena desde la expresión hablada, nos preocupa su dicción, entonación, intenciones y trazos escénicos. Podemos preguntarnos: ¿de dónde sale esta voz capaz de expresar?, del cuerpo.
Cuando hablamos de él, nos referimos a la acción; el cuerpo es generador de movimiento, sonido y expresión, de ahí la importancia de traer y hacer presente el cuerpo en la tarea escénica del actor.
La transmisión de emociones está directamente ligada a nuestra capacidad corporal y sensorial de recordar historias y experiencias acumuladas en el cuerpo que habitamos. Es él, el contenedor de memorias e información emocional, física, intelectual, filosófica, psicológica, social y cultural. Es decir, no podemos pensar al actor sin un cuerpo en acción.
El cuerpo del actor es el que habita la escena, ocupa un espacio en ella y da potencia, o no, a cada una de las acciones realizadas por él. Cuando asistimos al teatro es común que escuchemos:
- Es un actor acartonado.
Un actor “acartonado” es un actor sin cuerpo en acción que está condenado a solo repetir y ejecutar tareas establecidas, dejando de lado la posibilidad de dar vida a un personaje que siente y vive de manera intensa cada palabra y cada movimiento. El actor queda privado de la posibilidad de recrear en sí mismo, una historia distinta en cada representación y se ve imposibilitado de proveer al espectador una experiencia viva, capaz de comunicar y transmitir.
La importancia de conocer y entrenar el cuerpo en la carrera del actor, es para mí, una tarea obligada. El cuerpo es el único instrumento con el que el actor cuenta como transmisor de comunicación expresiva “porque es verdad que la palabra interviene, pero no necesariamente a nivel explicativo “(1).
David Le Breton menciona en su libro Cuerpo Sensible que: “la gestualidad que emana del cuerpo, las percepciones sensoriales, la experiencia afectiva y la expresión de las emociones parecen emanar de la intimidad más secreta del sujeto” (2)
Así mismo, están en juego de manera cotidiana dentro y fuera de la escena los sentimientos y las emociones que no son estados absolutos, sino procesos de intercambio entre individuos, canales comunicativos que generan relaciones y significaciones entre actor-espectador, provocadores de reflexión y/o sentimientos que nos incitan y estimulan a ser no sólo un espectador pasivo, sino partícipes de la representación a cargo del actor.
Termino esta reflexión con esta invitación que nos hace Merleau Ponty:
La única manera de conocer el cuerpo es viviéndolo: es decir, tomando por mi cuenta el drama que lo atraviesa y confundirme con él.
1 (Maurice Béjart, La danza, arte del siglo XX)
2 (David Le Breton, Cuerpo sensible)
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